opinión: Yoshi's Crafted world

Mi relación con la serie Yoshi puede describirse muy bien con una sola palabra: agridulce. Las aventuras de este personaje me cautivaron en Super Mario World 2: Yoshi’s Island, un plataformero que pasó a la historia por un exquisito diseños de niveles y un diseño visual que iba en contra de la corriente de su momento. Desde que lo jugué por primera ocasión me cautivó y a la fecha permanece como uno de mis juegos favoritos.

Por esta razón, cada vez que Nintendo anuncia que un Yoshi está en camino me emocionó y, desafortunadamente, en la mayoría de ocasiones terminó decepcionado. No quiero decir que todas las entregas posteriores a Yoshi’s Island me parezcan malas, pero ninguna se ha acercado a la enorme calidad del juego para Super Nintendo.

Como puedes suponer, con Yoshi’s Crafted World pasé por un proceso similar. Apenas lo revelaron en E3 2017, mi paciencia se había acabado y no podría esperar más para tenerlo en mis manos. Dicho esto, el juego sufrió un importante retraso, por lo que mi emoción se comenzó a desvanecer y las dudas surgieron. Todo empeoró cuando probé su demo, el cual, sin ser desastroso, me decepcionó.

En pocas palabras: se trata de un plataformero realmente destacado que resulta imperdible para los fans del género; en especial para quienes hayan quedado enamorados de Yoshi’s Island. Para el público ajeno a este género también es una buena opción por ser divertido y ofrecer una buena cantidad de contenido. Eso sí, puede que para algunos su falta de reto, así como su aspecto infantil sean factores que los hagan preferir otros proyectos del ya extenso catálogo de Nintendo Switch